
Dos palabras pueden significar todo aquello que quieres decir, pero no por ello significa que esa simple estructura sea correcta gramaticalmente hablando. El interlocutor pensará que hablas inglés como los indios.
El ejemplo anterior sucede sobre todo cuando omitimos el sujeto, y es que no debemos olvidar que éste siempre deberá ir antes del verbo.
El inglés escrito poco o nada tiene que ver con el oral. De hecho, ni el oral escuchado es lo mismo, hablarlo es lo complicado. No sólo consiste en saberse todo el diccionario: la entonación y el ritmo en la conversación (que no el acento, imitarlo es ridículo e innecesario) es algo que suele obviarse con frecuencia.
Uno de los errores más frecuentes que se cometen al estructurar frases en inglés es la de la colocación del adjetivo, que deberá ir siempre antes del nombre.
El mal uso de las preposiciones es un defecto habitual a la hora de aprender, sobre todo porque nos provoca confusión a la hora de escoger cada una de ellas en según qué frase.
Pasar por alto pequeños matices es a veces algo normal cuando de aprender un idioma se trata, lo que no se puede permitir es olvidar el idioma por completo. No hables única y exclusivamente contigo mismo, conversa en el idioma anglosajón con segundas personas y aprende de los demás.
Cabe tener en cuenta que los sonidos vocálicos en inglés son 12 y no 5 como en el español, es habitual la mala pronunciación de las mismos.
Cuando hablamos realizamos gestos, enfatizamos, utilizamos expresiones… Conviene no olvidar que con el inglés sucede lo mismo. Acompaña tus frases con comunicación no verbal, te será mucho más sencillo.
Recurrente también es equivocarse con los pronombres (“he” y “she”), error de bulto que puede cambiar todo el sentido de una frase.
Leer un cartel en inglés, escuchar música e intentar traducirla… no dejes de hacerlo porque pienses que es una tontería. Es verdad que así también se aprende.
Es habitual el uso excesivo del artículo “the”, innecesario en muchas ocasiones.
Los llamados “phrasal verbs” son también motivo de confusión, ya que se componen por un verbo, proposición y/o adverbio. Elegir una u otra combinación puede cambiar diametralmente el sentido de la expresión.
Las palabras que empiezan por “s” empiezan precisamente por “s” y no por “e”. Esto es un error habitual, pues en el español no tenemos palabras que empiecen de la misma forma.
Añadir una “s” al final de una palabra en inglés no es la fórmula maestra para pluralizarla… existen otros métodos.
Es de gran ayuda actuar por “instinto” al aprender un idioma nuevo (es decir, asimilar palabras por semejanza), pero cuidado, hay palabras que, aunque son muy parecidas a otras en español, no siempre quieren decir lo mismo…